El Hombre Maya y la Naturaleza

Bienvenidos de nuevo, después de observar los cambios climáticos que afectan no solo a los comalapenses sino a el mundo entero, con inundaciones en algunas partes de nuestro país como en Palín y con terremotos como los ha tenido China, no somos los únicos en sentir este tipo de desastres naturales.

Y con respecto a este tipo de desastres en los que el único responsable es el HOMBRE nos damos cuenta que necesitamos mucha conciencia para poder lograr un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

En la cosmovisión del hombre maya; se tiene un concepto: “Ri achin man ri rajawal ri ulew, rija ejunan rik’in” (El hombre no es el dueño de la tierra, el hombre es parte de toda la naturaleza).
En nuestra actualidad, en el tiempo en el que vivimos nos hemos hecho la idea de que nosotros como personas somos los dueños de esta tierra, una realidad que no es cierta y jamás lo va a ser, la tierra ha estado aquí desde antes que nuestros abuelos, antes que nuestros padres y nos ha hecho el favor de sustentarnos, arrullarnos y darnos de comer.
El hombre desde la cosmovisión Maya es una parte del todo en el universo, es el que tiene que colaborar para que no exista desequilibrio en esta tierra pues la tierra sin hombre no tendría razón de ser y el hombre sin la tierra ni siquiera hubiera existido en la idea universal de la creación.

Como personas mayas tenemos que reconsiderar nuestros valores, nuestro sentido de la vida para poder colaborar con “Qate’ ruwach’ulew” (nuestra madre tierra). Para que no siga sufriendo por causa de nosotros los hombres y mujeres que la habitamos.
No busquemos culpables porque si buscamos nos vamos a dar cuenta que todo cae sobre nosotros, seria mejor buscar soluciones para los problemas ambientales.

Pero esta idea solo es posible si tenemos nuestros conceptos claros y nuestra identidad maya bien cimentada, ser hombre o mujer maya no es un pecado ni tampoco es una humillación, ser maya no es una religión sino una forma de vivir en armonía con todo lo que nos rodea.

“Trata de escupir al cielo y veras que todo lo que escupes va a regresar a ti”